Marián y Joan ya forman una gran pareja medallista, de oro y auricalco (quienes, según runrunes dignos de confianza, están pensando abrir la primera scracademia catalemeña).
Glòria hizo un torneo casi de ensueño, duplicada incluida.
Marina tuvo que hacer frente con brio a la presión psicológica al jugar en la propia cancha.
Topo se enzarzó con mucho vigor en unas luchas posbetancurianas.